No podía consentir que su hermana le perdiese el miedo. Era su
rehén moral, la marioneta que le divertía, su siniestra obra maestra, tras años
sometida a reproches y oscuridad social. Desde la maldita fiesta de Nochevieja todo
iba de mal en peor, los invitados no paraban de llamar a casa interesándose por
Dolores y no por él. A partir de aquel día estaba siendo ella la que acudía a eventos,
la que llegaba tarde a casa con mil cosas que contar. Todo lo hacía Dolores,
pero sin descuidar ni un ápice sus tareas domésticas y atenciones a la madre.
Con lo cual, Gundamaro, se quedaba con las manos vacías para conseguir que se
sintiese culpable por su nueva vida social. ¿De
qué manera, entonces, podría colocar palitos en las ruedas de Dolores?
Tras mucho reflexionar, hacer listas, leer libros y escudriñar aún más en su
lado oscuro, supo que lo único que, posiblemente funcionase, era la calumnia y la confusión. Dolores era una mujer que creía profundamente
en la buena fe de las personas, si le hacía ver que esta no existía entre sus
nuevos amigos, seguramente se debilitaría y él tendría vía libre para actuar sobre
su mente y emociones. Si.
Definitivamente Gundamaro tenía un plan.
Sólo de una mente y un corazón oscuros puede surgir tanta hiel como produce Gundamaro. En su pecado lleva la penitencia.
ResponderEliminarY esa Dolores, cumplidora y feliz, con un horizonte prometedor que se abre ante sus ojos, ¡ánimo!
Deseando conocer el desarrollo del plan de Gundamaro (y su fracaso).
Besos a Fellini en los bigotes.
Quiero más!! Gundamaro me tiene enganchada ;) No hagas esperar a Fellini
ResponderEliminarQuiero más!! Gundamaro me tiene enganchada ;) No hagas esperar a Fellini
ResponderEliminarVa a ser muy divertido ver como fracasa en sus retorcidos planes el envidioso Gundamaro...
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