viernes, 21 de noviembre de 2014

Inicio de una historia II



(…)
A los que no conseguía engañar, los alejaba o intentaba hacer creer que eran personas ineptas no merecedoras de su consideración. Poseía un alto concepto de sí mismo, era el más culto e inteligente, el más eficaz y resolutivo, el más tacaño y cruel…Por tanto, todas las cualidades que no tenía,  eran consideradas por su parte como virtudes menores e incluso absurdas. Por esta razón había perdido el respeto por la belleza, el amor y los momentos divertidos de la vida. Le parecía superfluo. Se había convencido de que alguien de su altura no perdía el tiempo en menudencias. Estos pequeños detalles  mundanos, según él, eran consuelo de tontos y fracasados.
Una vez se enamoró, de una de las dependientas que contrató en su pequeño negocio de libros. Una mujer treintañera, bella e interesante. Sintió que tenía una oportunidad de amar, una señora de tal altura intelectual, seguramente, captaría su ilustrada esencia y no podría hacer otra cosa que enamorarse de él. Una noche la invitó a salir, ella creyó acudir a una cena de trabajo y como una empleada se comportó, si bien  sintió cierta extrañeza al observar el nerviosismo, acompañado de una sonrisita bobalicona, de su siempre estirado jefe (Alguna vez llegó a pensar que le extirparon el corazón al nacer y sobrevivía con uno robotizado). Cuando llegaron los postres, y tras dos copas de vino, el enjuto caballero pensó que había llegado el momento de iniciar un acercamiento físico. Torpe en estas aventuras, posó su fría y huesuda mano en la de ella. La pobre se estremeció de horror. Le miró con los ojos muy abierto antes de salir corriendo del restaurante, casi como alma que lleva el diablo. No volvió ni para recoger el finiquito por no volver a verlo.
A partir de entonces, tras semanas sintiéndose avergonzado, contrató solo a hombres y no volvió a pensar en el amor. Este episodio le hizo desarrollar una profunda misoginia. Todas las mujeres eran bobas e incultas. Todas menos su madre.
Seguiré, seguiré… ¡Pero me está esperando Fellini!


viernes, 14 de noviembre de 2014

Inicio de una historia...


Era solo piel y huesos. Su rostro tenía un indescriptible color, entre blanco y amarillo, poco saludable. Sus ojos claros, lejos de ser bellos; asemejaban a los de una serpiente apunto de atacar a su desprevenida presa. Vestía austero, con ropas viejas, e incluso roídas, tan holgadas que le hacían parecer aún más esquelético. Su alopecia no le hacía parecer mayor, pero sí esa expresión de desagrado que le acompañaba cada minuto del día. Su vida era la crónica de una frustración, pero intentaba simularla mostrando satisfacción y seguridad en cada paso del camino, hiciera lo que hiciera, hiriese a quién hiriese.
Sin embargo no podía engañar a todos. Aquellos que eran dotados de una mayor sensibilidad y empatía, descubrían inmediatamente al hombre resentido y lleno de amargura que trataba de esconder tras una máscara de crueldad y suficiencia....
Podría continuar con la historia, es posible que sea el inicio de una novela corta o un relato...pero estoy un poco bloqueada y Fellini me está esperando...